la palabra

Las palabras se retuercen hasta sangrar
hasta romperse en carne viva entre los dientes
desnuda y negra
la voz habla el idioma de las cicatrices
y el silencio a duras penas
oculta sus verdaderas intenciones

Querrías huir
querrías atreverte y dar un paso al frente
ser capaz de cambiar el guión
cruzar océanos
hasta llegar a ella

Pero el cerco se estrecha
la saliva te mantiene bien sujetos los pies
tus labios repiten las frases repetidas
y mientras la abrazas
recorres como un naufrago el país donde habita su cuerpo
su olor y el pisar de sus pasos
ese país donde ella no está.

Cierro la puerta
desnuda de los ojos ajenos que me visten
traspaso el alquitrán espejo
y me busco
entre una maraña de silencios y sombras

Me asomo a la ventana de los días azules
escucho palabras de gargantas ya muertas
nado entre el ruido de las calladas horas
    como si fueran hijos
contemplo mis errores

Y cuando vuelvo
no estoy aunque me busque
en mi cuarto vacío
solo encuentro luciérnagas de miradas ajenas
alumbrando la noche .


Arrastradas por un río de voces
las palabras son guijarros
que brillan y chocan
y cantan
en un idioma ajeno.

Sumerges los oídos en el agua
inútil esfuerzo
por atrapar los poemas
que como peces escurridizos
bajo ellas
se esconden.

Migas de arena en la playa del desayuno
Sobre el mantel:
aceite, vinagre y lágrimas de sal
testigos callados de tus noches
mientras una silla oculta el peso de su ausencia
bajo la mesa

De pie
ante una luz raquítica
te resistes a ocupar el lugar
que desde hace mil llantos
te corresponde
Es demasiado pronto
aún recuerdas tu monólogo de ayer
aún te duele el silencio en su voz

Y sabes que si te sientas
si entras en el día
y tomas el café
echará a andar la noria
y no podrás bajar.
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